Barney McKenna- The Dubliners


Hace un par de días, en un pub irlandés de los de verdad, de los que están llenos de señores vestidos de verde, irlandesas de mofletes colorados chillando - o hablando muy alto- y con pantallas de televisión en las que, únicamente, se retransmite fútbol, rugby o golf, mientras esperaba feliz y, por una vez, sin desesperar, leí en un diario, irlandés por supuesto, que había muerto una leyenda del folk. Barney McKenna, el ultimo Dubliners original, el hombre del banjo, había fallecido un par de días antes. 



Ya me molesta hablar de él ahora, en plan obituario, pero no queda más remedio. Él, The Dubliners, aquellos que pusieron el nombre al grupo en homenaje a James Joyce y su novela Dublineses, son parte de la historia del folk en Irlanda. Y como este país, a  diferencia del nuestro, es generoso con sus ídolos, sus artistas y la gente que lo hace presente en el mundo, los convierte en mitos. McKenna, el pasado 5 de Abril, alcanzó esa condición.





Barney McKenna nació en 1939 en una familia de músicos en Donnycarney en el norte de Dublín y aprendió a tocar el banjo porqué no podía comprarse una mandolina que era el instrumento que le gustaba aunque al final de su vida acabo siendo un virtuoso de ambos y además del acordeón. Barney, tomaba el té junto al guitarrista clásico Michael Howard  el pasado 5 de Abril cuando, en palabras de éste último, "de repente, dejó caer la cabeza sobre el pecho. Parecía como si se hubiera dormido". 

"La banda, su familia y amigos quieren dar las gracias a todo el mundo por sus palabras amables y apoyo. Las palabras no pueden describir como nos sentimos, era uno entre un millón. El mejor interprete de banjo tenor de su generación . Barney se paso la vida viajando por todo el mundo tocando música irlandesa, lo amaba y el mundo le amaba. Descanse en paz". 

Ese fue el escueto y simbólico - menos es más - comunicado de la familia. Mucho para quién ha sido conocido como el mejor banjo tenor de la historia y uno de los más geniales íntérpretes en la historia de la música celta. Dubliners, inseparables de la historia de McKenna, como the Chieftains, son los grandes embajadores musicales de Irlanda. La banda se formó en el Pub O´Donoghues, en Merrión Road, Dublín y celebraban ahora el cincuenta aniversario de su fundación. Disfruten de la música, de la buena música folklórica irlandesa, y recuerden al artista, al hombre del banjo, en esta canción para Irlanda. Yo, por mi parte, sueño con recorrer algún día esos campos y esos acantilados en buena compañía. 





Griñán y la Kufiyya






“Si ganamos, perdemos”. Estas fueron las palabras que me dirigió un conocido e influyente militante socialista en vísperas de las elecciones municipales de 2007. Se refería, obviamente, a las cosas que no le gustaban del funcionamiento de aquel partido que desembocaron en la operación policial de 2008, al anuncio de crisis económica que se cernía sobre nuestro país y al pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Estoy convencido de que cuando la euforia de haber evitado una derrota que los sacara del gobierno en Andalucía se haya pasado, los dirigentes del Partido Socialista y los de IU que confían en gobernar junto a ellos comenzarán a pensar algo parecido de la situación a la que habrán de enfrentarse. Una situación que no por obligada les va a resultar ajena. Sabían, mucho tiempo atrás, que vivían en una nube insostenible. Que habían dilapidado el dinero público en todas y cada una de las historias que ustedes conocen y resulta ya cansino repetir. Que no se atrevieron a tomar las medidas de ahorro y recorte necesarias en aquellas partidas presupuestarias en las que era posible porque ahí estaban su clientela y su engaño pseudosocial en juego. Ahora deberán hacerlo de donde más va a doler: sanidad, cultura y educación.
Podrá parecer duro el vaticinio pero en otras comunidades ya han empezado a sufrirlo. Cataluña, la eterna pedigueña, ya comenzó el copago sanitario y los catalanes ven como cierran plantas enteras en hospitales públicos y se eternizan las listas de espera para cirugía. Madrid, tomó la delantera y optó por un sistema mixto que permitiera sostener el sistema sin que el pagano fuera el paciente lo que originó las consiguientes protestas sindicales pero el apoyo de los madrileños en las urnas. Veremos el camino que toman Griñán y sus socios de la kufiyya, el pañuelo de tirar piedras. El déficit andaluz debe ser corregido o al menos encauzado en el próximo Presupuesto de manera que, en un par de meses, tendremos la respuesta. Mientras tanto, mañana, los españoles estamos convocados a una huelga partidista, sectaria e injustificada en la que los sindicatos corren el riesgo de perder la calle tras haber perdido la vergüenza los últimos ocho años.

Pregón y cuenta nueva






Ayer, a pesar del golpe electoral con que se cerró el día, fue para mí un día muy especial. A mediodía, en la parroquia de San José, pregonaba la Semana Santa un hermano muy especial. José López Vázquez - Pepe López – desgranaba, con el acompañamiento de la Banda de Música municipal, sus sentimientos de cofrade. Estuvo, Pepe, en su pregón, como es él como persona: cercano, amable, sincero, entrañable, honesto y amigo de sus amigos. Fue, para quienes no hemos vivido aquellos años, una catarata de recuerdos personales, de anécdotas y de generosidad con sus compañeros de viaje de aquellos y estos años. Dio una lección de amistad por encima del tiempo y la vida y nos emocionó con su emoción y sensibilidad. Quiero felicitar desde aquí, con su permiso, a toda su familia y a quienes tuvieron la inteligencia y el acierto de elegirlo para ello.
La tarde, sin embargo, fue larga. Muy larga. Andalucía, al menos así lo han pensado una gran mayoría de andaluces, necesitaba un cambio y éste no se va a producir. La victoria pírrica de Arenas no permitirá que el gobierno de la comunidad autónoma cambie de manos. Romper lazos con la historia no hace sino que ésta continúe con una pinza de la izquierda de compleja predicción. Habremos de encomendarnos a IU, manda carallo que diría el gallego, para que la trayectoria de escándalos socialistas que nos han afectado hasta la ruina finalicen de una vez por todas. Y al llegar la noche, quienes habían sido los grandes derrotados en las urnas, haciendo una curiosa lectura de los resultados entonaban el “no pasarán” tras ser casi doblados en votos y Pepe López, otra vez él, consolaba a los ganadores que no alcanzarán la tierra prometida por ahora.

Felicidad femenina





Ayer mi mujer no pudo dormir. Con ella, supongo, miles de mujeres andaluzas que están de los nervios ante lo que las encuestas electoreales anuncian. Todo ello después de oír las palabras de Elena Valenciano, la número 2 de Rubalcaba, que ha afirmado en un acto electoral, dirigiéndose a las mujeres que “si no gana el PSOE, son quienes más tienen que perder” y que con un Gobierno de derechas, “corre peligro su autonomía, su libertad, el camino emprendido y, finalmente, la felicidad de las mujeres”. A la mía yo le he tranquilizado: se refiere exclusivamente a las suyas. A las beneficiarias consortes de los 700 millones de los ERE´S, a las de los implicados en Mercasevilla, a la de Iván Chaves, a la propia Paula, su hermana, y tantas y tantas otras que a lo largo de los últimos años se han visto beneficiadas del saqueo de las arcas de la Comunidad Autónoma. El resto de las andaluzas no tienen motivos para temer. Se acabará la alienación de Canal Sur, podrán ser libres e iguales por elección y no por imposición y no les utilizarán para organizar agencias de colocación a la que algunos llamaron ministerio de Igualdad.
Fíjate, le dije, que hasta algunas de las suyas van a ser también más felices. Y me acordé de la señora del que se gastaba 25.000 euros en coca de los fondos de asistencia a las empresas en crisis y de la señora del alcalde que sacaba a pasear la Visa oficial en bares de luces de colores. Esas, le dije, también van a ser mucho más felices si no gana el PSOE. En general, van a serlo todos los que entiendan que la democracia es alternancia y treinta años de un gobierno monocolor, que ha hecho de Andalucía su cortijo, se parece mucho a una dictadura disfrazada. Que es hora de que los dinosaurios que llevan más de veinte años subidos al coche oficial y mamando de la teta de la Junta dejen correr el aire y se enfrenten al mundo laboral real. Al de los cinco millones de parados que, con tanta eficacia, ayudaron a crear.

Hablando claro





"Las administraciones públicas no son instrumentos de contratación". Las palabras de Cristobal Montoro, dentro de lógica más absoluta y con las que nadie no puede estar de acuerdo, han servido al diario El País para lanzar una soflama electoralista, evidentemente contraria a los intereses del Partido Popular de cara a las elecciones andaluzas. No tengo yo nada clara la postura de este periódico tras la información publicada ayer. ¿Defenderá el enchufismo, la falta de control sobre la productividad o no le habrá gustado, quizá, que Montoro critique al funcionario pintado históricamente cruzado de brazos?. He leído y escuchado las palabras del Ministro de Hacienda y estoy absolutamente de acuerdo con ellas. Yo y cualquiera que haya trabajado en la empresa privada, esté acostumbrado a la competitividad y a trabajar sin descanso para levantar el negocio del que vive tu familia. El País y su columnista, por el contrario, tratan de poner al funcionariado en contra del partido en el gobierno y me da a mi en la nariz que no les va a salir bien.
Hoy por hoy, el funcionario, el contratado laboral o el interino tienen claro que han de defender su puesto de trabajo con uñas y dientes. Que la situación de unas administraciones arruinadas no permite jugar con la productividad y la competitividad. Que el administrado exige eficacia y buen servicio. Y el que no lo vea formará parte de esa raza de funcionarios que Montoro llama de "brazos cruzados"  a los que nadie echará de menos. Los primeros los administrados que son, al fin y a la postre, los que los pagaban los sueldos por cruzar los brazos y no están dispuestos a hacerlo un día más. Después sus propios compañeros que ven como la amenaza se cierne sobre el conjunto por culpa de quienes de forma insolidaria los pone a los pies de los caballos de la impopularidad. Era hora de que alguien hablara claro aunque, vista la experiencia y la historia, tengo serias dudas de si lo entenderán.